Porque falleció tu ser querido, por separación afectiva o tal vez por traslado el proceso afecta a todo tu ser.
Rabia, culpa, tristeza, incredulidad… son emociones que pueden llegar a desbordarte y si se hacen crónicas desorganizan tu vida.
Probablemente no hayas vivido antes una situación tan intensa como esa.
Todas tus áreas: física, mental, emocional y espiritual, se tambalean por completo. Tratas de recomponerte pero no lo consigues.